¡Ay, Cristina! Que si uno se levanta con el pie izquierdo, parece que todo el día sigue igual. Esta vez, el gobierno, con una elegancia que solo la política nacional puede mostrar, decidió que ya no vamos a pagarle a doña Cristina su jubilación de privilegio. Nada de pensión especial, adiós beneficios exclusivos.
“Esto nos ahorra a los argentinos unos 21.827.624 pesos”, decía Adorni, el vocero presidencial, tratando de convencernos de que ese monto nos aliviará la economía, como si fuera el secreto para acabar con la inflación.
La medida, por supuesto, no solo fue contra ella sino también contra la pensión del difunto Néstor Kirchner. Así que, en resumen, Cristina se quedó sin pensión de viuda y sin jubilación VIP. Solo le queda sentarse y hacer cuentas como cualquier mortal. ¿Será que con su «sueldo normal» le alcanzará para llenar el carrito del supermercado?
El argumento, claro, fue impecable. Adorni recitó como si fuera poesía: “El beneficio de expresidentes es para aquellos que se hayan desempeñado con honor y mérito”. Y, bueno, si te condenan por administración fraudulenta, el mérito y el honor están, digamos, en otra galaxia.
Mientras tanto, Milei, el paladín del “basta de privilegios”, sigue su cruzada. Porque claro, si él cobra cuatro millones al mes, no hay razón para que una expresidenta condenada ande por ahí ganando el triple. Pero no se preocupen: la ley dice que, aunque le quitaron la pensión especial, Cristina podrá seguir cobrando su jubilación regular.
Todo muy normal y democrático. Eso sí, se rumorea que Cristina podría ir a la Justicia para frenar esta jugada. Y todos sabemos lo que eso significa: meses y meses de idas y venidas judiciales, con un toque de drama digno de una novela de la tarde.
Al final, esta cruzada también busca que los jueces, curas, y otros funcionarios dejen de recibir sus pensiones de oro, y se sumen al sistema de jubilación común. Porque claro, si en algo estamos todos de acuerdo, es en que cuando se trata de igualdad, todos preferimos que el resto también pase apuros, ¿no?
Vieja, sola, sin poder ni dinero… ¿qué le deparará el futuro a la ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner? ¿Podrá al menos disfrutar de la libertad? Solo el tiempo lo dirá.